Continuando con la serie de artículos sobre El Cuadro de Mando Integral, voy a abordar uno de los elementos clave a la hora de comprobar la eficacia de nuestro modelo.
El mapa estratégico es una manera de proporcionar una visión macro de la estrategia de una organización, y proporcionan un lenguaje para describir la estrategia, antes de elegir las métricas adecuadas para evaluar su desempeño.
Cuando Kaplan y Norton analizaban las organizaciones que habían implementado con éxito el Cuadro de Mando Integral identificaron dos factores comunes: foco y alineamiento. En el proceso de desarrollo del CMI las organizaciones tenían que repensar sus prioridades estratégicas y describir sus estrategias. Esto les llevo a plantear un principio más profundo al ya conocido «Lo que no se puede medir, no se puede controlar»:
«No se puede medir lo que no se puede describir«.
De esta forma, los mapas estratégicos, que inicialmente había formado parte del proceso de construcción del CMI pasaron a considerarse un tema principal.
El Mapa Estratégico nos permite reflejar las relaciones causa-efecto entre los distintos objetivos estratégicos, de forma que podamos identificar claramente su complementariedad, neutralidad y los conflictos que pudieran generar. De esta manera se facilita el entendimiento de todo el sistema y especialmente de la estrategia.
Si seguimos el flujo de las relaciones en el Mapa Estratégico y lo ponemos por escrito, tendremos la descripción completa de la estrategia.
Si nuestro Cuadro de Mando Integral contempla diferentes prioridades estratégicas, tendremos objetivos en cada una de las perspectivas para cada una de las prioridades. En este caso, el Mapa Estratégico es todavía más importante porque nos permite identificar los posibles conflictos entre objetivos de las diferentes prioridades.
La idea básica es comenzar mirando una perspectiva más alta para identificar lo que se necesita, e ir recorriendo la lista hacia abajo para entender qué debe hacerse para lograrlo. El mapa estratégico codifica esta información. Las flechas de efecto van de las perspectivas más bajas a las más altas, pero las flechas de inferencia estratégica (que no se dibuja explícitamente en el mapa estratégico) parten de perspectivas más altas hacia otras más bajas.
En este contexto, alinear los objetivos de estas cuatro perspectivas es la clave de la creación de valor y de una estrategia focalizada e internamente consistente. En síntesis, el mapa estratégico proporciona el marco visual para integrar todos los objetivos de la empresa e identifica las capacidades específicas relacionadas con los activos intangibles de la organización (capital humano, de información y organizacional) para obtener un desempeño excepcional.
Una vez creados, los mapas estratégicos son excelentes herramientas de comunicación, ya que permiten que todos los empleados comprendan la estrategia y la traduzcan en acciones específicas para contribuir al éxito de la empresa.
6 comentarios
Hola!, agradecido por el aporte.. muy bien realmente.
Saludos cordiales
Hola Alejandro. Me alegro de que te haya parecido interesante. Gracias por leernos y comentar.
Un saludo.
La exposición es clara, el concepto de mapa estratégico se hace fácilmente comprensible
Gracias
Buenas tardes,
Revisando y leyendo sobre el tema me siguen sin quedar claras las diferencias entre los objetivos estratégicos a tener en cuenta a la hora de definir el posterior mapa estratégico y las líneas estratégicas sobre las que luego se irán fijando objetivos en función de las diferentes perspectivas.
¿Me lo podrías aclarar?
Gracias de antemano.
Hola Marta,
Una organización puede plantear varias líneas estratégicas, como por ejemplo:
– Internacionalización
– Consolidar la marca en el mercado
– Aumentar la rentabilidad
En cada caso, para desarrollar esa línea estratégica, habrá que definir los objetivos en cada perspectiva.
Por ejemplo, en la línea de aumento de rentabilidad, los objetivos podrían ser:
– Aprendizaje: Mejorar la formación del personal.
– Procesos: Optimizar los procesos.
– Clientes: Mejorar la satisfacción del cliente.
– Financiero: Aumentar ventas. Reducir costes.
En el Mapa Estratégico se podría apreciar como el objetivo de aprendizaje permite mejorar la capacitación del personal, lo que a su vez permite mejorar los procesos.
Si los procesos son más eficientes los clientes estarán más satisfechos, lo que aumenta la venta.
Al mismo tiempo, clientes satisfechos significa menos reclamaciones, que tienen un coste para la empresa.
Y esto nos lleva al aumento de la rentabilidad.
Si tienes cualquier otra duda, estoy a tu disposición.
Gracias por leernos y comentar.
Un saludo, Francisco