En la última década el mercado laboral había estado rechazando a los perfiles profesionales de más de 50 años. Nos encontramos con muchos directivos que tras una intensa carrera profesional en puestos ejecutivos, de repente, se veían en la calle sin opciones.
Esta situación ha empezado a cambiar lentamente y las empresas se han dado cuenta de que el talento senior tiene todavía mucho potencial.
Sin embargo, los directivos tienen la oportunidad de tomar la iniciativa y decidir cómo aprovechar ese potencial escogiendo entre las opciones disponibles.
La otra situación que se está produciendo es la de los directivos que alcanzan la edad de jubilación y deben dejar su puesto, cuando todavía tienen mucho que ofrecer.
En ambos casos aparece como una nueva oportunidad el concepto de “2ª Carrera Profesional”.
Antes de entrar a desarrollar el tema, me voy a detener un instante para hacer una reflexión sobre el recorrido que hacemos en nuestro desarrollo profesional y cómo influyen ciertas decisiones en las oportunidades que vamos a tener.
Se habla de tres grandes momentos:
- Las primeras elecciones.
- Los primeros empleos.
- El desarrollo directivo.
Las primeras elecciones importantes tienen que ver con qué carrera estudiar. Es algo que nos va a condicionar en el tramo más largo de nuestra vida profesional. Aunque hay personas que eligen una carrera determinada presionados por sus padres y luego cambian de sector, la mayoría sigue el camino marcado por esa primera elección.
El segundo momento clave son los primeros empleos y, por supuesto, los primeros jefes que suelen dejar una profunda huella (para bien o para mal) y sientan las bases de nuestros valores profesionales. En esta etapa aprendemos a socializar en el mundo de la empresa, antes desconocido para nosotros.
La etapa más extensa es la de nuestro desarrollo profesional. Antes se hacían ciclos profesionales muy largos y habían personas que estaban toda la vida en la misma empresa. Hoy es casi impensable. Los ciclos han ido pasando de 7 a 3 años, luego a 2, a 1 y ahora hay muchos profesionales que trabajan en una empresa lo que dura un proyecto concreto.
Cuando llegamos a nuestra etapa senior, tenemos que ser conscientes de que nuestro recorrido anterior nos ha proporcionado un conjunto de activos, que es el que nos puede orientar a la hora de tomar decisiones para esta 2ª Carrera Profesional”.
Por una parte tenemos un conjunto de activos tangibles y por otra un conjunto de intangibles.
Activos Tangibles
Los activos tangibles dependerán de cuáles han sido nuestros ingresos y de cómo los hemos gestionado. El equilibrio entre gasto y ahorro suele depender de nuestros valores, la forma de vida y la visión que hayamos tenido del futuro. Estos activos tangibles nos pueden condicionar a la hora de tomar decisiones porque marcan nuestras necesidades económicas.
Activos Intangibles
Por otra parte, tenemos unos activos que son mucho más valiosos que los anteriores y que, habitualmente, no solemos apreciar. Podemos mejorar esa percepción de nuestros intangibles a través de la reflexión el análisis y el autoconocimiento.
- Conocimientos
- Experiencias
- Relaciones
- Marca Personal
Si la situación que abordamos para esta 2ª Carrera Profesional es la franja de edad que nos lleva a la jubilación, nuestra elección está condicionada por unos parámetros y si la etapa es posterior a la jubilación, tenemos otros condicionantes.
En el segundo caso hay que tener en cuenta que vamos a pasar de una posición ejecutiva a otra más de asesoramiento. Es necesario por ello hacer una revisión de nuestras competencias “blandas” y plantearse un cambio de actitud.
Conocimientos
Aunque el mercado laboral ha cambiado mucho y hay conocimientos que pueden haber quedado obsoletos, podemos hacer un repaso a lo que sabemos para identificar aquellos que son diferenciales y que nos permiten destacar entre otros profesionales.
Experiencias
Suele ocurrir que no somos conscientes de lo valiosas que son las experiencias que hemos tenido hasta que alguien las pone en valor. Las situaciones que nos vamos encontrando en nuestro recorrido profesional, las personas de las que aprendemos y los retos a los que nos hemos enfrentado van configurando una base experiencial única y valiosa.
Debemos ser capaces de identificar el valor que tienen esas experiencias en el mercado y aprovecharlas.
Relaciones
Uno de los activos más valiosos que vamos construyendo a lo largo de nuestro recorrido profesional son las relaciones. La red de contactos a los que podemos recurrir en caso de necesitar algo forma parte de nuestro valor profesional.
En este caso, si hemos ocupado un puesto relevante en una compañía, tenemos que ser capaces de separar aquellos contactos que solo hemos tenido por nuestra posición y aquellos otros que son realmente genuinos de nuestra persona.
Marca Personal
Otro de los elementos importantes que podemos aprovechar en esta nueva etapa es la marca personal. Es decir, lo que piensan de nosotros los demás. Dentro de este apartado podemos distinguir dos conceptos relevantes: notoriedad y reputación.
La notoriedad es el grado de presencia que tiene una marca en la mente de los consumidores o usuarios. En nuestro caso, se trata de cuantas personas nos conocen y contarían con nosotros para algún tipo de actividad.
La reputación de una persona se relaciona con la percepción que los demás se forman sobre ese individuo, aún sin conocerlo. Este concepto en sí mismo, no es más que la idea que los demás tienen sobre alguien determinado, sus proyectos y sus capacidades.
En resumen, la notoriedad nos ayuda a que las personas sepan que existimos y la reputación nos ayuda a ser elegidos llegado el momento.
Una vez que nos hemos puesto en valor podemos pasar a decidir el tipo de actividad que nos gustaría realizar. El abanico de opciones es grande y se divide en tres grandes áreas:
- Trabajo por cuenta ajena.
- Trabajo por cuenta propia.
- Actividades no lucrativas.
Trabajo por cuenta ajena
- Nuevo puesto directivo.
- Interim Management.
Trabajo por cuenta propia
- Consejos de administración
- Consejos asesores
- Senior advisor
- Business angel
- Docencia
- Emprendimiento
- Consultor
- Conferenciante
Actividad no lucrativa
- Voluntariado
- Gestión de patrimonio e inversiones
- Estudios
- Intereses personales (hobbies, deporte, yoga, …)
A la hora de elegir nuestra nueva actividad tendríamos que tener en cuenta 3 variables:
- Situación patrimonial: por una parte debemos analizar si necesitamos más ingresos o no. En segundo lugar, algunas actividades como el emprendimiento o los Business Angel necesitan aportar capital.
- Dedicación: no es lo mismo buscar una actividad para completar nuestra vida que otra de gran dedicación.
- Riesgo: el puesto en un consejo de administración es una actividad de alto riesgo y tenemos que estar dispuesto a asumirlo a cambio de una gran remuneración. Otras actividades pueden ser igual de satisfactorias o más, con un menor riesgo.
Hay que tener en cuenta que las empresas usan profesionales y directivos para cubrir necesidades y para complementar a sus equipos.
En muchas empresas están implantando consejos asesores para complementar al consejo de administración. En estos casos se buscan perfiles muy concretos, en función de las necesidades de la empresa.
Estas diferentes necesidades se pueden agrupar en cuatro tipos de consejos asesores, que a su vez están conectados con los cuatro tipos de intangibles que mencionaba antes:
- Técnico
- Consultivo
- Reputacional
- Facilitador
Las empresas familiares suelen buscar consejos asesores consultivos, donde se valora más la experiencia de los profesionales.
Las grandes empresas se decantan por consejos asesores técnicos, donde prima más el conocimiento.
Las asociaciones y fundaciones prefieren consejos asesores reputacionales, donde el profesional aporta su marca personal.
Las multinacionales extranjeras cuentan con consejos asesores facilitadores, cuyo principal valor es la agenda de contactos.
La otra figura alternativa a los consejos asesores es la del Senior Advisor. En este caso se busca un asesoramiento individual, normalmente de tipo técnico o facilitador.
Como podemos ver, las opciones para desarrollar una 2ª Carrera Profesional son muchas y variadas. La clave está en identificar nuestros activos intangibles y decidir lo que nos gustaría hacer con ellos.
En ocasiones se cuestiona la capacidad de los perfiles senior para adaptarse a la velocidad de cambio actual, pero si se trata de personas inquietas, lo habitual es que continúen formándose movidos por su curiosidad.
Uno de estos casos a debate podría ser el de la IA, tan de moda estos días. Y lo curioso es que para utilizar herramientas de IA se necesitan dos competencias que los perfiles senior dominan por encima de la media:
- Saben cómo y qué preguntar.
- Tienen criterio para evaluar la respuesta.
Así que, si eres una de esas personas en la fase senior de tu carrera, o has alcanzado la edad de jubilación, espero que veas el futuro con muchas oportunidades a tu alcance.