Una establecidos los objetivos y aclaradas sus relaciones en el Mapa Estratégico, el siguiente paso en el proceso de implantación del Cuadro de Mando Integral es establecer los Planes de Acción.
En el Proceso de Reflexión Estratégica y el Análisis de la Situación Actual habremos establecido el punto de partida. Si a esto añadimos los objetivos, tenemos definido el camino que pretendemos recorrer, desde nuestra situación actual hasta o seguir nuestros objetivos.
Ahora, llega el momento de desarrollar la forma en cómo vamos a recorrer ese camino; lo que tenemos que hacer para ir de la situación actual a nuestra meta.
Todos tenemos bastante claro, porque nos lo han repetido hasta la saciedad, que si queremos conseguir resultados distintos tenemos que hacer cosas diferentes.
Los Planes de Acción o iniciativas estratégicas, son las acciones en las que la organización se va a centrar para alcanzar los objetivos estratégicos.
En las empresas es habitual encontrar un exceso de iniciativas y proyectos con falta de recursos y tiempo para llevarlas a cabo. Es muy importante priorizar las iniciativas en función de los objetivos estratégicos.
Si analizamos el impacto de las iniciativas en marcha en cada uno de los objetivos estratégicos, podremos comprobar que:
- hay iniciativas que aportan poco valor al cumplimiento de esos objetivos
- hay objetivos estratégicos sin soporte de las iniciativas
Al igual que ocurre cuando pregunto en algunas empresas sobre si tienen un Plan Estratégico y responden que sí, aunque no lo han puesto por escrito ¿¿??, con los planes de acción suele ocurrir lo mismo.
Un verdadero Plan de Acción para ser efectivo debería contemplar al menos los siguientes apartados:
Un responsable absoluto
Es fundamental que cada Plan de Acción tenga un responsable asignado para que cumpla realmente su misión.
La Prioridad Estratégica y el Objetivo para el que sirve
No puede haber dudas sobre la finalidad de cada una de las acciones que emprendemos y de su conexión directa con la Estrategia marcada por a Dirección.
La fecha de comienzo
En muchas organizaciones se plantean iniciativas pero luego no se ve el momento adecuado para ponerlas en marcha. Como parte del proceso de trabajo del equipo encargado de desarrollar el CMI, la decisión de poner en marcha un plan de acción debe ir acompañada de la fecha de comienzo y final.
La fecha estimada de finalización
Al igual que es crucial establecer el arranque del plan, también es necesario un compromiso previo sobre la duración del mismo, aunque luego pueda ir adaptándose al desarrollo real del plan.
Los hitos que se van a utilizar como fases intermedias del plan
Si esperamos a completar todo el plan y resulta que los resultados obtenidos no son los esperados, habremos desperdiciado una gran cantidad de tiempo y recursos para nada. Los hitos nos permiten disponer de puntos intermedios de control que nos permiten verificar que vamos por el buen camino.
Los indicadores que se van a emplear para su seguimiento
La mejor forma de llevar a cabo el seguimiento de un plan es definir como vamos a medir los progresos. Los indicadores nos facilitan este trabajo, sirviendo a su vez de herramientas para analizar en los hitos establecidos.
Las metas de cada indicador
Cada uno de los indicadores debe tener establecida su meta. Por ejemplo:
– Perspectiva: Financiera
– Objetivo: Aumentar la rentabilidad
– Indicador: Margen Neto
– Meta: 12% (actualmente un 8,5%)
Conforme vamos desarrollando el plan, el indicador debe ir avanzando desde el valor que tenía en el punto de partida hasta el que hayamos situado como Meta. Es posible que en algunos momentos avance más rápido y en otros más despacio. Lo importante es que avance en la dirección adecuada. Si no fuera así, tedríamos que revisar si el plan que estamos llevando a cabo es el adecuado para el objetivo marcado.
Los recursos disponibles
Cada Plan de Acción debe tener asignados los recursos necesarios para llevarlo a cabo con garantías. Por ejemplo:
– Perspectiva: Aprendizaje y Crecimiento
– Objetivo: Mejora de la capacitación del Personal
– Indicador: Horas de formación anuales
– Meta: 150
Si queremos mejorar la capacitación del personal hay que ejecutar un Plan de Formación que tiene un coste, ya sea externo si contratamos cursos externos o interno, si recurrimos a personal propio. Si no se asignan los recursos necesarios será imposible llevar a cabo el Plan y alcanzar los objetivos marcados.
Como conclusión podemos insistir en la importancia de los Planes de Acción, como el elemento diferenciador en la implantación del Cuadro de Mando Integral.
Por muy bueno que haya sido nuestro Proceso de Reflexión Estratégica, por muy bien que hayamos analizado las oportunidades del mercado, por muy buenos que sean nuestros objetivos, si no ponemos en marcha iniciativas para recorrer ese camino, desde nuestra situación actual a nuestros objetivos, todo lo demás habrá sido inútil.
Y desgraciadamente esto sucede en la mayoría de los proyectos estratégicos que se ponen en marcha en las organizaciones. Donde más se suele fallar es en la ejecución.
2 comentarios
Hola! excelente información. Sería posible saber la fuente de la figura expuesta «Planes de acción»? , Saludos y Muchas Gracias!!
Hola Francisca,
La figura es de elaboración propia.
Un saludo.