La IA Generativa está posicionándose como uno de los grandes revulsivos de esta década. Los avances disponibles para los profesionales y el gran público en el último año son tan grandes, que están eclipsando otros temas que son muy relevantes para el futuro de las empresas y de la sociedad en general. 

Si no somos capaces de mantener el foco, corremos el riesgo de ir dando tumbos de una tecnología nueva a otra, sin objetivos claros.

El año pasado era todo Metaverso; que si había que estar, que si era la gran revolución, y ahora todo el mundo lo ha olvidado.

En esta reflexión voy a pasar de la IA a la Innovación y a la Industria 5.0, como los tres grandes ejes en los que podemos apoyar el futuro y el presente de las empresas, desde el protagonismo necesario del CIO como gran impulsor del cambio tecnológico.

Innovación, IA, Industria 5.0 y CIO

1. INDUSTRIA 5.0 vs. INDUSTRIA 4.0

Apenas ha pasado una década desde que apareció la Industria 4.0 y ya está aquí la Industria 5.0. Casi sin tiempo a consolidar lo anterior, parece que hay que desmontarlo todo.

La Industria 4.0 se planteó como objetivo la máxima automatización, en búsqueda de la eficiencia suprema. Se suponía que los humanos entorpecían la transmisión de información y la toma de decisiones ágiles, de forma que se construyeron modelos que permitían a las máquinas interactuar entre ellas, tomando decisiones sin la intervención de las personas. La prepotencia de los especialistas les llevó a pensar que se podían mejorar los procesos si se eliminaba el factor humano. Entre los diferentes elementos de este sistema se encontraba el Internet de las cosas (IoT) o IIoT en su versión industrial.

Lo que propone el concepto de Industria 5.0 es devolver a las personas el protagonismo que se merecen. La IA y los modelos de automatización no son suficientes. Se necesita la inteligencia intuitiva de las personas para resolver los problemas.

2. NECESITAMOS CONECTAR LAS TIC CON LAS NECESIDADES REALES DE LAS EMPRESAS

La misión del departamento de IT es estar al día de todas las tecnologías disponibles para poder ponerlas al servicio de los usuarios de negocio cuando sea necesario. Las personas en cada puesto de la organización deben pedir a IT lo que necesitan para mejorar su trabajo. No se trata de imponer las nuevas tecnologías conforme van apareciendo.

Hay que partir de la estrategia y luego determinar qué problema queremos resolver con una cierta tecnología. El uso de cada tecnología disponible debe partir de una reflexión en equipo.

Podemos aplicar el principio de Pareto (80/20) para centrarnos en la mejora de los procesos que más impacto tienen en el día a día. Procesos que, aunque sean pequeños, son claves en en desempeño de la organización y en su posición competitiva en el mercado.

A la hora de valorar la implantación de una tecnología nueva hay que pensar en el conjunto de actores que intervienen en la cadena de valor, y no solo en nuestra empresa.

Por ejemplo, si consideramos la industria alimentaria y nos ponemos como objetivo mejorar la cadena de suministro y la trazabilidad, que son elementos críticos, podemos valorar el blockchain como una tecnología habilitadora importante.

Sin embargo, tendríamos que tener en cuenta la dificultad de implantar esta tecnología en los primeros eslabones de la cadena: productores, agricultores, pequeños ganaderos, etc. Lo mismo ocurre en el caso de productos importados.

Uno de los mayores retos consiste en ponerse de acuerdo con todos los actores de la cadena de suministro, en lugar de tratar de imponer una determinada tecnología.

Buscando el bienestar de las personas, podríamos poner el foco en la automatización de los procesos que hacen que las personas no sean felices en su trabajo. Se trata principalmente de tareas repetitivas con poca aportación de valor.

Partiendo de esta premisa, se podría articular el cambio apoyándose en las 3 P’s:

  • Propuesta de Valor
  • Procesos
  • Personas

El objetivo subyacente es conseguir que la tecnología que vayamos a implantar sea:

  • Rentable
  • Sostenible
  • Útil para las personas

Volviendo al ejemplo del sector alimentario, uno de los retos a la hora de implantar tecnología en las tareas agrícolas consiste en igualar o superar la eficiencia de las personas en la ejecución de esas tareas.

3. IA GENERATIVA

Continuando con la reflexión inicial, la IA tiene que hacer fácil el trabajo de la Inteligencia Intuitiva.

Hasta ahora habíamos contado con herramientas que se apoyaban en lo que ahora se denomina Software 1.0. Es decir, inteligencia de insecto. Es capaz de hacer una cosa muy bien, pero solo una.

Los primeros elementos de IA apoyados en datos tabulares permiten “predecir”.  Esto, de por sí, ya es un ejercicio interesante, pudiendo conseguir mejoras de hasta el 10%. Aunque pueda parecer poco, en un mercado maduro como el actual no es poco.

Añadiendo procesado de imagen podemos realizar proyectos sencillos, pero de gran impacto. Por ejemplo, en un entorno industrial se podría detectar si todos los operarios llevan casco de seguridad. 

En la actualidad nos encontramos ante la revolución del aprendizaje automático profundo (Deep Learning). Y eso nos debe llevar a una “humanización” de la tecnología. Aunque todavía no se pueda “razonar”, buscamos “comprender” y usar el lenguaje.

Y no solo el lenguaje natural, como es el caso actual de la IA Generativa. Si podemos convertir texto a números, que es el lenguaje natural de los ordenadores, se podría hacer con cualquier otra fuente de información.

El camino actual nos lleva desde la automatización a la autonomía.

  • En la automatización, la persona da una orden a una máquina y obtiene un resultado.
  • En la autonomía, la máquina realiza una acción y se genera un nuevo estado sobre el que volver a actuar.

Los riesgos de la IA Generativa

Como es natural, estos avances generan dudas y presentan riesgos. Lo curioso es que los riesgos vienen de dos aspectos completamente opuestos:

  • Cuando la IA funciona mal.
  • Cuando la IA funciona bien.

No se cuál de los dos da más miedo.

Los riesgos más habituales se suelen agrupar en dos grandes áreas:

Directos

  • Desinformación
  • Sesgos, explicabilidad y ética
  • Desplazamiento de trabajos
  • Extinción de la humanidad

Indirectos

  • Privacidad
  • Polarización de la sociedad
  • Salud mental 
  • Concentración de poder

4. EL PAPEL DEL CIO EN LA INNOVACIÓN

La visión que tiene una empresa sobre las TIC y la innovación se puede valorar en función de “de quién depende el CIO”. Lo ideal es que vaya de la mano del CEO, para que su enfoque esté alineado al máximo con la visión de negocio.

De esta forma, los demás departamentos verán al de IT como un aliado en lugar de como un enemigo. 

La cuestión es deberíamos considerar al CIO como un actor principal del cambio en las empresas.

Es necesario cambiar el enfoque, de la informatica tradicional a las TIC, considerando al CIO como el impulsor de:

  • Estrategia Tecnológica
  • Innovación 
  • Introducción de Tecnologías Disruptivas

La innovación en las TIC

Aunque hablemos de tecnología principalmente, la innovación tiene que venir desde la Cultura. Es decir, que debemos fomentar la cultura del cambio dentro de la empresa.

Hay que buscar la eficiencia en los procesos, monitorizar lo que hace la competencia y formarse de manera continua. 

Para aplicar esa innovación son necesarias fundamentalmente dos cosas: paciencia y personas.

La paciencia es fundamental porque tendremos que adaptar el ritmo del cambio a la capacidad de la organización.

Con respecto a las personas, hay que invertir tiempo y recursos; buscando aliados para reducir al mínimo la resistencia natural al cambio.

Por lo tanto, a la hora de aplicar la innovación en las TIC, podríamos centrarnos en tres aspectos:

  • Detectar necesidades
  • Documentarse
  • Poner recursos