Desarrollo empresarialSucede cada vez con mayor frecuencia: los mercados en los que se mueve la mayoría de las empresas son cada vez más exigentes:

  • Aumenta el número de competidores
  • Disminuyen las barreras de entrada
  • Se reducen los márgenes
  • Los clientes están cada vez más informados
  • Los ciclos de vida de los productos se acortan
  • La competencia se ha vuelto global

No se trata de pintar un escenario trágico para las empresas, sino de reconocer que estamos ante un cambio de época y hay que saber adaptarse. Las empresas tienen que ser más flexibles y aumentar su capacidad de reacción a los cambios del entorno y de los mercados.

Para afrontar este reto se hace cada vez más necesario impulsar el desarrollo empresarial dentro de las organizaciones, aunque esto suponga ampliar nuestra zona de confort hasta límites en los que aparece el miedo.

Es normal sentir miedo: miedo a la incertidumbre, miedo al fracaso, miedo a fallarle a tu equipo, a los clientes.

Sin embargo, el desarrollo empresarial dentro de nuestra organización puede convertirse en la mejor oportunidad que tenemos para aumentar nuestra ventaja competitiva y garantizar la continuidad de la empresa en el futuro.

El desarrollo empresarial forma parte de la responsabilidad del líder y de la alta dirección, sobre todo en el caso de empresas pequeñas y medianas.

Entre los aspectos que incluiría en el desarrollo empresarial están los siguientes:
– Desarrollo del liderazgo
– Crecimiento de las personas del equipo de dirección
– Mejora de los sistemas de información
– Vigilancia competitiva
– Mejora y consolidación de los procedimientos de trabajo
– Innovación

El desarrollo del liderazgo es fundamental, porque el líder tiene que trasladar a su equipo una visión compartida. El líder tiene que marcar el «que» y dejar a su equipo el «como».

Tiene que ayudar a las personas de su equipo a crecer, acompañándoles en el camino, asegurándose de que los valores de la empresa se transmiten a todas y cada una de las personas que componen la empresa.

Los sistemas de información son herramientas clave en la actualidad. Nos tienen que proporcionar todo lo necesario para tomar las decisiones adecuadas en el menor tiempo posible.

De la vigilancia competitiva ya hablé en este artículo, por lo que solo voy a mencionar que nuestro conocimiento de la evolución del mercado, de las tendencias y de las nuevas tecnologías puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso a medio y largo plazo.

Los procedimientos de trabajo consolidados nos permiten establecer claramente las funciones y competencias de cada persona, así como la forma en cómo se tienen que hacer las cosas. Si la empresa se encuentra en fase de crecimiento y expansión, cobran todavía más importancia.

La innovación no se refiere solamente a tecnología, sino a lo que hacemos y cómo lo hacemos. La clave vuelve a estar en las personas.

Me llama la atención como sigue habiendo empresas de sectores tradicionales, como por ejemplo la construcción, que se han quedado obsoletas y no son conscientes de ello. Siguen empleando herramientas antiguas y sistemas de trabajo en desuso, compensando estas carencias con el esfuerzo de las personas. Lo normal es que vayan perdiendo competitividad hasta llegar a desaparecer.

Me gustaría terminar aconsejando a los líderes de las empresas que apuesten por el desarrollo empresarial. Si no saben cómo hacerlo, pueden contactar con profesionales especializados que les ayuden a analizar su caso y a plantear un Plán de Acción adecuado a sus necesidades.