Hace unos tres años, cursando un MBA Executive en Alicante tuve ocasión de compartir clases, debates y experiencias con un buen grupo de compañeros, algunos de los cuales eran empresarios familiares. En algunos casos se trataba de la segunda generación y en otros de la tercera o la cuarta.
Afortunadamente para mí, he podido seguir en contacto con ellos, e incluso llevar a cabo proyectos con unos pocos.
Estos días, reflexionando sobre sus trayectorias dentro del seno de sus empresas, veo con satisfacción cómo su paso por una Escuela de Negocios les ha permitido recoger el testigo con un espíritu innovador, templado y prudente, propiciando el cambio progresivo de sus organizaciones hacia los nuevos modelos de gestión, más adecuados para el siglo XXI.