A estas alturas de la evolución del mundo empresarial es probable que la mayoría tengamos claro que la innovación es algo que no se puede detener. Dependiendo del sector en el que te muevas, puedes percibir mayor o menor impacto de estos cambios en el día a día, pero estoy convencido de que en conjunto te afecta igual que a los demás.

La innovación es algo que avanza inexorablemente y tú puedes elegir ser motor o víctima de ella. Todavía existen muchos sectores profesionales que consideran que la innovación no va con ellos y se aferran a la idea de que “en mi sector nadie hace eso”.

Desgraciadamente descubrirán demasiado tarde que la innovación no puede detenerse y que algún disruptor ha entrado en su mercado para quedarse con la mayor parte.

Ejemplos tenemos muchos ya, como el caso de Amazon, que no estaba en el sector editorial, Airbnb que no tiene ningún alojamiento en propiedad, Blablacar o Uber, que no tienen vehículos propios, y un largo etcétera de empresas innovadoras que entraron en un mercado para liderarlo desde la innovación.

La cuestión es que el líder de una organización es el que maneja la visión y tiene a su cargo la responsabilidad de asegurar su ventaja competitiva.

Estamos viviendo una auténtica revolución a través de la innovación disruptiva, que viene de la mano tanto de las nuevas tecnologías, como de las personas.

En el ámbito de las tecnologías nos encontramos con el Blockchain, la Inteligencia Artificial, el “Machine Learning”, la Transformación Digital y la gestión inteligente de procesos de negocio (iBPMS).

Desde el enfoque de personas abordamos una nueva era centrada en la Experiencia del Cliente (CX), en la que verdaderamente se sitúa al cliente en el centro de toda la propuesta de valor y hablamos del “Customer Journey” como el elemento definitivo a la hora de diseñar y verificar nuestros procesos.

Y la clave en todo este recorrido es el líder, que tiene que estar abierto a todas estos cambios, conocer las oportunidades  que se presenten e impulsarlas dentro de la organización.

El líder no tiene que dominar todas estas áreas, pero tiene que tener la capacidad de comprender su potencial y el riesgo que corre su empresa si pierde el tren de la innovación.

Tampoco se trata de adoptar cada nueva moda que sale al mercado, sino de identificar las oportunidades, analizar los riesgos y las ventajas, y proponer a su equipo nuevos ejes de desarrollo, alineados con la visión de la organización.

Hemos entrado en una era en la que la preparación y la actitud del líder frente a la innovación puede ser clave en el futuro de su organización.