Por iniciativa de Jovempa y Coepa, ayer se celebró un desayuno empresarial con D. Manuel Peláez, con el objetivo de transmitir a los jóvenes empresarios de Alicante sus experiencias y sus consejos.

Actualmente, presidente del Consejo de Administración de ECISA y de la Fundación que lleva su nombre, Manuel Peláez Castillo es un empresario que a lo largo de su dilatada y exitosa trayectoria empresarial ha tenido que afrontar momentos difíciles derivados de las etapas de crisis en las que ha tenido que vivir.

Aunque he tenido ocasión de escuchar a D. Manuel en otros eventos, es la primera vez que recibo un mensaje tan claro y emotivo, con consejos prácticos que pueden ayudar a los jóvenes (y no tan jóvenes) empresarios, no solo a afrontar esta crisis, sino a gestionar sus empresas en tiempos de bonanza.

Como muy bien ha dicho Javier López Mora, Secretario General de COEPA, en sus palabras de apertura, no hay que dejar de hablar de la crisis, pero no puede ser nuestro principal tema de conversación. Tenemos que dejar de mirar atrás y afrontar el futuro con confianza y, sobre todo, mucha, mucha ilusión.

En la primera parte de su exposición, D. Manuel nos ha contado los avatares de su dilatada vida empresarial y ha comentado todas y cada una de las crisis que ha vivido (cinco, contando la actual). Aunque no voy a entrar en los detalles de cada una, si quiero dejar constancia de que él considera que algunas de las anteriores fueron mucho más graves que la actual porque incluyeron cambios de régimen o de gobierno, con severas dosis de desconfianza ante los cambios que se avecinaban.


1973 – Crisis del petróleo.
En pleno franquismo y con una España «no moderna».
1978 – Cambio de régimen hacia la Democracia. Incertidumbre ante los cambios. Miedo a una nueva guerra civil por lo «amarrado que estaba el régimen». Pasamos a un régimen de competencia libre. Las empresas tienen que reducir plantillas para aligerar costes y, después, volver a contratar a sus mismos trabajadores para acogerse a las ayudas del nuevo gobierno y ser competitivos.
1982 – Cambio de gobierno. Expropiación de Rumasa. Incertidumbre. Problemas de confianza.
1992 – Olimpiadas y Expo. Crisis económica y financiera. Se pararon muchas obras, por la cancelación por parte de los bancos de los préstamos promotores.
2008 – Crisis internacional. Desconcierto empresarial. Ansiedad.Sin embargo, en esta ocasión, los bancos firman acuerdos con los promotores para finalizar las obras y adjudicarse las viviendas acabadas.

La gran diferencia actual es que las empresas que están sobreviviendo se van acostumbrando a la situación y se refuerzan. Estas empresas son más robustas que las de la última crisis porque los empresarios han reinvertido en ellas parte de sus beneficios.

La parte más interesante de todo lo que nos contó D. Manuel son, sin duda alguna, sus RECOMENDACIONES.

1. Prevención. Una época de expansión siempre precede a una nueva crisis.
2. Eficacia y Formación. Hay que crear organizaciones eficaces que ofrezcan formación a sus empleados, por medio de instrumentos de continua mejora y actualización.
3. Crear empresas solventes y sólidas. Hay que ampliar el capital y el patrimonio de las empresas y no tanto el de los propietarios.
4. Controlar los crecimientos. Hay que preparar un plan Estratégico adecuado y diseñar un crecimiento con garantías. Cuando las cosas van mal hay que volver al escalón anterior para mantener la empresa.
5. Es necesaria una reforma laboral que facilite las contrataciones y los despidos. El empresario es el responsable de dimensionar la empresa para que siga siendo competitiva.
6. Estar siempre bien informados. En las primeras etapas de esta crisis se han tomado muy malas decisiones por falta de información.
7. Hay que asociarse. Las asociaciones refuerzan las empresas y les proporcionan plataformas de actuación para seguir siendo competitivas.
8. Riguroso Plan de Control del Gasto. Reducir gastos generales. Hay que poner en tela de juicio todos los gastos y eliminando los superfluos y reduciendo los necesarios (dietas, coches, teléfono, viajes, etc.). El empresario debe dar ejemplo. Sin miserias, con dignidad.
9. Vencer las tentaciones. Evitar la espiral de gastos. La sociedad no ve con buenos ojos la ostentación.
10. MANTENER INALTERABLES LAS BUENAS RELACIONES CON NUESTRAS ENTIDADES FINANCIERAS. Jamás hay que tener un enfado con ellas, aunque se lo merezcan. El trayecto es muy largo y el camino da muchas vueltas. Transparencia y honestidad con los bancos.
11. No perder jamás el optimismo. Para ello hay que tener una buena preparación física y psíquica. Renovación constante de la valoración propia.
12. Hay que gestionar bien la empresa, tanto en épocas de crisis como de bonanza. No invertir recursos de la empresa (que no beneficios) en cosas privadas. Reinvertir parte de los beneficios en la empresa.
13. Evitar los avales. Si hay que hacerlos, se hacen, pero hay que recuperarlos en cuanto sea posible. La gente suele olvidarse de ellos y, luego, llegan los sustos.
14. Diversificar.
15. Fomentar alianzas empresariales. Es una manera de crecer, pero siempre fuera de la unidad principal de negocio.
16. Asumir con responsabilidad el ejercicio de nuestras obligaciones. No hay que defraudar la confianza del mercado, haciendo las cosas bien y evitando la frivolidad.

Bueno al final esto ha salido más largo de lo previsto, pero me ha parecido muy interesante compartirlo con vosotros.

Desde aquí quiero a gradecer a D. Manuel Peláez haber compartido con nosotros su experiencia y sabios consejos, y a Jovempa y Coepa la organización de esta jornada.

Relacionado con la automotivación del emprendedor/empresario, me ha parecido muy interesante la traducción hecha por Borja Prieto en su Blog «Desencadenado» del «Manifiesto del Emprendedor», de Seth Godin (The Bootstrapper’s Bible).

El autor recomienda pegarlo en el espejo del baño para releerlo en voz alta cada noche antes de irse a dormir
😉

Saludos.
Francisco Páez