Poco a poco, los empresarios de nuestro entorno se van introduciendo en la elaboración de un Plan Estratégico para su empresa. Tras la implantación de un sistema de calidad bajo la norma ISO 9001-2000, e incluso a veces, de un sistema de gestión medio-ambiental sobre la ISO 14000, el siguiente paso suele ser el Plan Estratégico.

El problema es que, según los estudios realizados por varias instituciones, el 90% de los Planes Estratégicos no aportan ninguna mejora a la organización.
En una gran parte de los casos, el Plan se encarga a una Consultoría que acude a la empresa, hace la toma de datos, prepara un documento muy extenso y con poca aplicación práctica, cuyo destino final es un cajón del despacho del Gerente.
El otro grupo de casos sin éxito, reside en aquellos que se han tomado en serio la ejecución de la estrategia, pero no han preparado Planes de Acción apropiados.

Las claves del éxito son múltiples y variadas, pero entre ellas destacan las siguientes:
– Diseñar claramente la estrategia.
– Preparar a las personas para los cambios.
– Basar el análisis en datos objetivos.
– Diseñar los Planes de Acción necesarios para alcanzar los objetivos estratégicos.
– Contemplar en los Presupuestos de la empresa, las partidas necesarias para llevar a cabo estos planes.
– Nombrar responsables, recursos y plazos para cada uno de los planes.
– Establecer sistemas de seguimiento.
– Disponer de un buen Sistema de Información.

Una de las herramientas más potentes a la hora de implantar la estrategia es el Cuadro de Mando Integral (CMI) o Balanced Scorecard (BSC) por su nombre en inglés. El CMI permite convertir la estrategía en el día a día de toda la organización.

En muchos casos, la estrategia solo es conocida por el equipo directivo, lo que impide claramente que todo el mundo se implique en la consecución de los objetivos estratégicos.

El CMI persigue, según sus autores (Kaplan y Norton), cinco propósitos fundamentales:

* Traducir la estrategia a términos operativos.
* Alinear la organización con la estrategia.
* Hacer que la estrategia sea el trabajo diario de todo el mundo.
* Hacer de la estrategia un proceso continuo.
* Movilizar el cambio mediante el liderazgo de los directivos.

En la etapa final de implantación de la estrategia con el CMI, se define el sistema de información que nos va a proporcionar los indicadores necesarios para el seguimiento de los Planes de Acción.

Es muy importante que podamos verificar de forma contínua y con el menor esfuerzo posible, la consecución de los objetivos. De esta forma, en caso de desviaciones, podemos reaccionar, aportando las medidas necesarias para volver al camino correcto.

Saludos.
Francisco Páez